sábado, 30 de octubre de 2010

FAMILIA - ACAROS , EL ENEMIGO INVISIBLE.


La lucha contra el enemigo invisible, Ácaros:

        Muchas personas alérgicas o con asma inducida por alergenos no se explican por qué, sin dejar de tomar su medicación, persisten con síntomas o bien sufren crisis durante todo el año. Si bien pueden ser muchas las causas que provocan esas situaciones, suele ocurrir que, sin saberlo, estén en contacto con ácaros, un enemigo declarado de estos cuadros alérgicos o respiratorios.
La naturaleza de los ácaros y el modo de erradicarlos
       Los ácaros son arácnidos (de la familia de las arañas) muy pequeños (menor a 1 mm) que se ubican en zonas donde hay objetos o tejidos que no se movilizan a diario. Entre los 25 °C y 28 °C y con humedad mayor a 70%, sus condiciones de vida son inmejorables. No sucede otro tanto en localidades ubicadas a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar, donde el número de ácaros disminuye.
        Se alimentan del producto de la descamación de tejidos humanos (recordemos que a diario nuestra piel se descama, como parte del proceso de renovación natural), muchas veces depositado sobre objetos y otras, trasladado por el viento o corrientes de aire hacia otros sitios. Por lo tanto, sus “nidos” ideales son almohadas y almohadones, muebles tapizados, cortinados, mantas, alfombrados, muñecos de peluche, mantas, asientos del automóvil, entre otros.
       En realidad, la sustancia alergénica no es el ácaro sino sus deposiciones (heces), que cuando se secan se transforman en un polvillo, fácilmente inhalable por el ser humano.
        Las personas que viven en zonas de climas templados o cálidos con alto porcentaje de humedad están muy expuestas a esos productos de los ácaros.
No obstante, existen modos de erradicarlos o evitar este contacto. Entre ellas:
Disminuir la humedad ambiental: ventilar las habitaciones cuando les da el sol y cerrar puertas y ventanas en las primeras horas de la mañana o la noche (en presencia de neblinas)
Acondicionar nuestro hogar y nuestro ámbito laboral (oficinas, estudio, despachos, etc.) de modo de evitar cortinados pesados (de difícil limpieza) y alfombrados en general.
Evitar muñecos de peluche y estantes o bibliotecas sin puertas, donde los libros estén expuestos
Elegir adornos y objetos decorativos lavables y no sobrecargar los ambientes con objetos difíciles de limpiar
Cambiar la ropa de cama 2 veces por semana, utilizando agua a temperatura de 60 °C para el lavado. Existen fundas para el colchón y las almohadas con propiedades antiácaros.
Usar frazadas, cobertores o cubrecamas de material sintético (que no contengan piel o lana), de fácil higiene y lavarlos con frecuencia
Evitar el uso de la escoba (para no remover más polvillo de ácaros) y reemplazarla por la aspiradora, removiendo los filtros periódicamente
Recurrir a productos acaricidas y leer con atención sus indicaciones. Si tiene dudas sobre su aplicación, consúltelo previamente con el médico.
En síntesis, evitar o prevenir al máximo la exposición a ácaros y sus deposiciones puede parecer una tarea engorrosa, pero se trata de modificar algunos hábitos en el estilo de vida que, sin duda, proporcionarán beneficios inmediatos.


Editora Médica Digital, julio de 2010

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