En la sociedad de hoy en día no hay escasez de desafíos. Cada uno de nosotros tiene su porción de obstáculos: en la salud, las finanzas, el trabajo o las relaciones. Pero la mayoría de nosotros se ha resignado al hecho de que siempre tendremos estos problemas. Aceptamos que, a veces, no depende de nosotros.
Pero sí depende.
El primer paso para superar cualquier desafío es el reconocimiento de que cuando trabajamos con las leyes del universo, en lugar de ir en su contra, podemos triunfar. Quizá nos resultaría más fácil creer en nuestra capacidad si los ángeles nos hablaran o la voz de Dios descendiera de las nubes.
Pero los ángeles sí nos hablan, y Dios también. Nuestros problemas ocurren cuando no los escuchamos. Bloqueamos las señales y los signos que se transmiten a nuestro alrededor y que declaran: “Eres capaz de todo. No sólo eres capaz de eliminar tu propia oscuridad, sino que también eres capaz de ayudar a los demás a eliminar la suya”.
Considera este correo electrónico como una de esas señales. Tú puedes hacerlo todo. Sí, TÚ, el que niega con la cabeza y está a punto de presionar la tecla de borrado. No te digo esto para hacerte sentir bien. Es un hecho, y es el tema del libro de mi hermano, Ser como Dios, escrito hace varios años y que pronto se publicará en edición de bolsillo.
Tú también puedes utilizar el nombre que aparece más abajo para disipar las dudas sobre ti mismo y la incredulidad durante esta semana y siempre que lo desees.
Por favor, envíame un correo electrónico a esta dirección tuneup@kabbalah.com y comparte tus historias de triunfo, así como tus historias de lucha. Estoy deseando saber de ti.
Todo lo mejor,
Yehudá
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