domingo, 31 de marzo de 2013

Aristóteles - 384 aC - 322 aC.


 

Nadie es dueño de tu felicidad
Por eso, no dejes tu alegria, tu paz, tu vida
en las manos de nadie, absolutamente de nadie.
Somos libres, no pertenecemos a nadie,
y no podemos, querer ser dueños de los deseos,
de la voluntad o de los sueños de quien quiere que sea.
La razon de tu vida eres tu mismo
Tu paz interior es tu meta en la vida
Cuando sientas un vacio en el alma, cuando acredites
que aun te esta faltando algo, aun teniendolo todo,
guarda tus pensamientos para tus deseos mas intimos y
busca la Divinidad que existe en ti.
Deja de situar tu felicidad cada dia mas Distante de ti!
No coloques el objetivo demasiado lejos de tus manos.
Abraza a los que estan a tu alcance hoy.
Si andas preocupado por problemas financieros,
amorosos o de relaciones familiares,
busca en tu interior la respuesta para calmarte.
Tu eres el reflejo de lo que piensas diariamente.
Deja de pensar mal de ti mismo y se tu mejor Amigo siempre!
Sonreir significa aprobar, aceptar, facilitar.
Entonces, habra una sonrisa para aprobar.
El mundo quiere ofrecerte lo mejor!
Con una sonrisa en el rostro, las personas
Tendrán las mejores impresiones de ti,
y tu estarás afirmando para ti mismo, que estas “proximo” para ser feliz…
Trabaja, trabaja mucho a tu favor.
Deja de esperar la felicidad sin esfuerzos.
Deja de exigir de las personas aquellos que ni para ti has conquistado aun.
Critica menos, trabaja mas. Y no te olvides nunca de agradecer.
Agradece todo lo que esta en tu vida en cada momento, inclusive el dolor.
Nuestra comprension del universo, aun es muy pequeña para juzgar lo que
quiere que sea en nuestras vidas
La grandeza no consiste en recibir honores.
SI, EN MERECERLOS.
Aristoteles. 360 a.c.

Kabbalah - Afinación Semanal - 31 de marzo al 6 de abril 2013.

Plenitud consistente

Del 31 de marzo al 6 de abril de 2013
Hay muchas cosas que podemos hacer que nos traen bendiciones, desde realizar buenas obras por otros hasta invertir tiempo en el estudio espiritual. Si nos encontramos en un camino espiritual, existe la esperanza en que estemos haciendo estas cosas diariamente. Sin embargo, puede ser que aunque a veces dediquemos varias horas a la semana a realizar estas cosas buenas con devoción, no veamos las bendiciones manifestarse tanto como nos gustaría.

En momentos como estos, es bueno preguntarse: ¿Qué estoy haciendo que está bloqueando la Luz?

Podríamos pasar una semana alimentando a los pobres, orando por otros y dando a la caridad, pero si al final de la semana decidiéramos robar un banco, probablemente no veríamos las bendiciones y los milagros manifestándose en nuestra vida. Al contrario, probablemente veríamos el interior de la celda de una cárcel.

Este es un ejemplo extremo pero en verdad todos nosotros hacemos cosas que nos desconectan de las bendiciones y los milagros que son nuestros por derecho. Nuestros momentos de desconexión pueden parecer insignificantes, pero las cosas más pequeñas agregan carga de igual modo. Imagina a un hombre en el medio del océano, alimentando a las aves y recolectando la basura del agua pero que en sus ratos libres abre un agujero muy pequeño en el fondo de su bote. El agujero puede ser insignificante pero al final, el bote se hundirá, a pesar de todo lo bueno que está haciendo.

Una de las razones por la cual los verdaderos kabbalistas revelan tanta grandeza en sus vidas es que ellos conocen una profunda verdad: Hasta la acción negativa más pequeña puede crear una distancia entre nosotros y todo lo que estamos destinados a recibir.

Nadie es perfecto, y sí, todas nuestras buenas acciones cuenta para revelar Luz en el mundo, pero para ver mayores resultados de nuestro trabajo espiritual, es importante intentar no desviarse del camino.

Mientras más consistentes sean nuestros esfuerzos, más consistente será nuestra realización.


Todo lo mejor,

Yehuda

martes, 26 de marzo de 2013

Carta del nuevo Pontífice al Rabino de Roma


El Papa Bergoglio y el Rabino Di Segni 
 Francisco y el Rabino Di Segni
Carta del nuevo Pontífice al Rabino de Roma, Di Segni
Redacción Roma
 
El Papa Francisco escribió un mensaje al Rabino de la comunidad judía de Roma, Riccardo Di Segni, para enviarle sus felicitaciones por la Pesach, la Pascua judía, que será mañana 26 de marzo.
 
«El Omnipotente, que liberó a su pueblo de la esclavitud de Egipto para guiarlo a la Tierra Prometida –escribió el Papa Francisco–, continúa liberándoles de todo mal y acompañándoles con su bendición. Les pido que recen por mí –prosigue el Papa–, mientras yo aseguro mi oración por ustedes, confiando en que podremos profundizar los vínculos de afecto y amistad recíproca».
 
En su mensaje, el Papa Francisco también expresó su agradecimiento hacia el Rabino Di Segni por haber querido honrar con su presencia y con la de otros representantes de la Comunidad judía la celebración del Inicio del Ministerio Petrino. El Rabino Di Segni, según indica el sitio de la Comunidad judía de Roma, «ha acogido con placer las felicitaciones del Pontífice y lo agradecerá en las próximas horas, ofreciendo al Papa Francisco sus mejores deseos para la Pascua Cristiana».

lunes, 25 de marzo de 2013

El camino para encontrar a Dios.


 Piérdete a ti mismo

Un gran sabio dijo una vez: “Antes de que puedas encontrar a Dios, debes perderte a ti mismo”.

La Kabbalah enseña que podemos recibir toda la felicidad, el júbilo y la realización que el Creador desea otorgarnos cuando asumimos el trabajo espiritual de volvernos más parecidos al Creador, al transformar nuestra naturaleza egoísta por una que sea desinteresada.

Desafortunadamente, nuestro ego interfiere con este trabajo casi todos los días. Ninguno de nosotros es verdaderamente desinteresado. Tenemos intenciones ocultas en casi todo lo que hacemos. Vamos a trabajar para ganar un salario. Nos involucramos en una relación porque nos gusta lo que la persona nos da. Incluso cuando hacemos acciones caritativas, generalmente buscamos elogios o por lo menos un “gracias” a cambio.

¿Cómo es posible llegar a un estado de desinterés con todas nuestras motivaciones ocultas? ¿Es tan siquiera posible perdernos a nosotros mismos? Es posible, pero no es fácil.

El secreto para ser desinteresados es dar cuando sea más incomodo, o difícil de hacer.

Cuando alguien te pide que lo lleves al aeropuerto, y es lo último que quieres hacer pero lo haces de todos modos, estás actuando en semejanza con el Creador como una fuerza de compartir infinita. Si escasamente tienes dinero en tu cuenta bancaria y un amigo, o tal vez alguien que no haya sido tan buen amigo, se acerca a ti necesitado y tu compartes lo que tienes con él, sabes que tu amor es incondicional, así como lo es el amor del Creador.

Todas las buenas acciones revelan bondad en el mundo, pero si quieres revelar grandeza, da hasta que duela.

Vivir un camino de espiritualidad no es fácil porque requiere sacrificio. Pero sin importar qué sientas que estás entregando (tu tiempo, tu energía, tu talento o tu dinero) lo que realmente estás entregando es tu ego.

A esto se refería el sabio cuando dijo que perderse a uno mismo es el camino para encontrar a Dios.

Mientras más controlemos nuestro ego, más nos conectamos con la fuente de todas las bendiciones.


Todo lo mejor,

Yehuda

domingo, 24 de marzo de 2013

Capacitarnos para atraer la energía

 


 

Invertir en la Luz
Del 24 al 30 de marzo de 2013
 
Los kabbalistas enseñan que existen dos realidades: la realidad física, la cual incluye nuestras vidas frecuentemente caóticas, y la realidad metafísica donde existe un orden absoluto, perfección y energía espiritual infinita, o Luz.

La razón por la que experimentamos caos es porque vivimos principalmente en la realidad física. Incluso para aquellos de nosotros que somos espirituales, si somos honestos con nosotros mismos, probablemente dedicamos como máximo una hora al día para expandir nuestra conciencia a través de la meditación o el estudio espiritual. Esto constituye un pequeño porcentaje de nuestro día entero.

Esto no significa que tengamos que vivir nuestra existencia meditando en una montaña. Al contrario, el propósito de la Kabbalah es un propósito práctico: capacitarnos para atraer energía de la dimensión espiritual e infundirla en cada parte de nuestras vidas materiales.

Esto no es fácil. Requiere conciencia, esfuerzo, disciplina y apoyo.

Parte del camino espiritual es vivir en el mundo material, pero no reaccionar a él. Esto puede frecuentemente sentirse como algo imposible, pero con la ayuda de la energía a la cual accedemos al invertir en meditar, estudiar y por el uso de las herramientas kabbalísticas, podemos elevar nuestra conciencia a un lugar en el que no somos movidos por el caos del mundo físico. Es con esta conciencia que nos conectamos a la posibilidad de atraer grandes milagros y bendiciones a nuestras vidas.

Llevar nuestras vidas conectados a algo mucho más grande es posible, pero todo comienza con una inversión espiritual. Si actualmente estás dedicando cinco minutos al día en estudiar, dedica diez. Si tu vida se ha beneficiado gracias a estas Afinaciones, considera que puede ser tiempo de que lleves tu inspiración al siguiente nivel y consigas un maestro.
Mientras más invertimos en nuestra espiritualidad, podemos elevar nuestra conciencia de manera más consistente y así conectar con la fuente espiritual de todo lo bueno.


Todo lo mejor,

Yehuda

miércoles, 20 de marzo de 2013

El amor incondicional , es el único que puede vencer al odio.


Vencer el odio

Miércoles, 20 de marzo de 2013
Hubo una vez un hombre viejo y bondadoso que tenía un vecino muy malo. Cada día, el vecino arrojaba basura en la entrada de su casa o le ponía horribles apodos.

Una vez incluso le gastó una broma pesada al arrojar huevos a su adorable casa.

Un día, el anciano decidió que era suficiente y que era el momento de parar las tonterías de su vecino. Viejo como era, arrastró su podadora de césped al jardín de su vecino y comenzó a podarlo. Justo cuando estaba a punto de terminar, el vecino llegó a casa.

“¿Qué estás haciendo, viejo loco?”. Preguntó el vecino. “¿Por qué podaste el césped por mi?”.

“No lo hice por ti”, le respondió el anciano. “Lo hice por mí”.

El vecino estaba tan conmovido por este acto de bondad que nunca más molestó nuevamente al anciano.

El anciano conocía una profunda verdad: que el amor incondicional es lo único que puede vencer el odio. Cuando ofrecemos amor incluso a nuestros enemigos, podemos destruir su oscuridad y disolver su odio.

martes, 19 de marzo de 2013

El Papa Francisco inicia su pontificado. 19/03/2013


El papa Francisco inicia su pontificado

En la ceremonia de asunción, Bergoglio llamó a defender a "los más débiles"; "El odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida", dijo ante jefes de Estado de todo el mundo.

lunes, 18 de marzo de 2013

Cardenal Jorge Mario Bergoglio (s. j.) Buenos Aires, 13/02/13, Miércoles de Ceniza



A sacerdotes, consagrados y laicos:
Rasguen su corazón y no sus vestidos; vuelvan ahora al Señor su Dios, porque Él es compasivo y clemente, lento para la ira, rico en misericordia…

 Poco a poco nos acostumbramos a oír y  a ver, a través de los medios de comunicación, la crónica negra de la sociedad contemporánea, presentada casi con un perverso regocijo, y también nos acostumbramos a tocarla y a sentirla a nuestro alrededor y en nuestra propia carne. El drama está en la calle, en el barrio, en nuestra casa y, por qué no, en nuestro corazón. Convivimos con la violencia que mata, que destruye familias, aviva guerras y conflictos en tantos países del  mundo. Convivimos con la envidia, el odio, la calumnia, lo mundano en nuestro corazón. El sufrimiento de inocentes y pacíficos no deja de abofetearnos; el desprecio a los derechos de las  personas y de los pueblos más frágiles no nos son tan lejanos; el imperio del dinero con sus demoníacos efectos como la droga, la corrupción, la trata de personas - incluso de niños - junto con la miseria material y moral son moneda corriente. La destrucción del trabajo digno, las emigraciones dolorosas y la falta de futuro se unen también a esta sinfonía. Nuestros errores y pecados como Iglesia tampoco quedan fuera de este gran panorama. Los egoísmos más personales justificados, y no por ello más pequeños, la falta de valores éticos dentro de una sociedad que hace metástasis en las familias, en la  convivencia de los barrios, pueblos y ciudades, nos hablan de nuestra limitación, de nuestra debilidad y de nuestra incapacidad para poder transformar esta lista innumerable de realidades destructoras.
La trampa de la impotencia nos lleva a pensar: ¿Tiene sentido tratar de cambiar todo esto? ¿Podemos hacer algo frente a esta situación? ¿Vale la pena intentarlo si el mundo sigue su danza carnavalesca disfrazando todo por un rato? Sin embargo, cuando se cae la máscara, aparece la verdad y, aunque para muchos suene anacrónico decirlo, vuelve a aparecer el pecado, que hiere nuestra carne con toda su fuerza destructora torciendo los destinos del mundo y de la historia.
La Cuaresma se nos presenta como grito de verdad y de esperanza cierta que nos viene a responder que sí, que es posible no maquillarnos y dibujar sonrisas de plástico como si nada pasara. Sí, es posible que todo sea nuevo y distinto porque Dios sigue siendo “rico en bondad y misericordia, siempre dispuesto a perdonar” y nos anima a empezar una y otra vez. Hoy nuevamente somos invitados a emprender un camino pascual hacia la Vida, camino que incluye la cruz y la renuncia; que será incómodo pero no estéril. Somos invitados a reconocer que algo no va bien en nosotros mismos, en la sociedad o en la Iglesia, a cambiar, a dar un viraje, a convertirnos.
En este día, son fuertes y desafiantes las palabras del profeta Joel: Rasguen el corazón, no los vestidos: conviértanse al Señor su Dios.  Son una invitación a todo pueblo, nadie está excluido.
Rasguen el corazón y no los vestidos de una penitencia artificial sin garantías de futuro.
Rasguen el corazón y no los vestidos de un ayuno formal y de cumpli-miento que nos sigue manteniendo satisfechos.
Rasguen el corazón y no los vestidos de una oración superficial y egoísta que no llega a las entrañas de la propia vida para dejarla tocar por Dios.
Rasguen los corazones para decir con el salmista: “hemos pecado”. “La herida del alma es el pecado: ¡Oh pobre herido, reconoce a tu Médico! Muéstrale las llagas de tus culpas. Y puesto que a Él no se le esconden nuestros secretos pensamientos, hazle sentir el gemido de tu corazón. Muévele a compasión con tus lágrimas, con tu insistencia, ¡importúnale! Que oiga tus suspiros, que tu dolor llegue hasta Él de modo que, al fin, pueda decirte: El Señor ha perdonado tu pecado.” (San Gregorio Magno) Ésta es la realidad de nuestra condición humana. Ésta es la verdad que puede acercarnos a la auténtica reconciliación… con Dios y con los hombres. No se trata de desacreditar la autoestima sino de penetrar en lo más hondo de nuestro corazón y hacernos cargo del misterio del sufrimiento y el dolor que nos ata desde hace siglos, miles de años… desde siempre.
Rasguen los corazones para que por esa hendidura podamos mirarnos de verdad.
Rasguen los corazonesabran sus corazones, porque sólo en un corazón rasgado y abierto puede entrar el amor misericordioso del Padre que nos ama y nos sana.
Rasguen los corazones dice el profeta, y Pablo nos pide casi de rodillas “déjense reconciliar con Dios”. Cambiar el modo de vivir es el signo y fruto de este corazón desgarrado y reconciliado por un amor que nos sobrepasa.
Ésta es la invitación, frente a tantas heridas que nos dañan y que nos pueden llevar a la tentación de endurecernos: Rasguen los corazones para experimentar en la oración silenciosa y serena la suavidad de la ternura de Dios.
Rasguen los corazones para sentir ese eco de tantas vidas desgarradas y que la indiferencia no nos deje inertes.
Rasguen los corazones para poder amar con el amor con que somos amados, consolar con el consuelo que somos consolados y compartir lo que hemos recibido.
 Este tiempo litúrgico que inicia hoy la Iglesia no es sólo para nosotros, sino también para la transformación de nuestra familia, de nuestra comunidad, de nuestra Iglesia, de nuestra Patria, del mundo entero.  Son cuarenta días para que nos convirtamos hacia la santidad misma de Dios; nos convirtamos en colaboradores que recibimos la gracia y la posibilidad de reconstruir la vida humana para que todo hombre experimente la salvación que Cristo nos ganó con su muerte y resurrección.
Junto a la oración y a la penitencia, como signo de nuestra fe en la fuerza de la Pascua que todo lo transforma, también nos disponemos a iniciar igual que otros años nuestro “Gesto cuaresmal solidario”. Como Iglesia en Buenos Aires que marcha hacia la Pascua y que cree que el Reino de Dios es posible necesitamos que, de nuestros corazones desgarrados por el deseo de conversión y por el amor, brote la gracia y el gesto eficaz que alivie el dolor de tantos hermanos que caminan junto a nosotros. «Ningún acto de virtud puede ser grande si de él no se sigue también provecho para los otros... Así pues, por más que te pases el día en ayunas, por más que duermas sobre el duro suelo, y comas ceniza, y suspires continuamente, si no haces bien a otros, no haces nada grande». (San Juan Crisóstomo)
 Este año de la fe que transitamos es también la oportunidad que Dios nos regala para crecer y madurar en el encuentro con el Señor que se hace visible en el rostro sufriente de tantos chicos sin futuro, en la manos temblorosas de los ancianos olvidados y en las rodillas vacilantes de tantas familias que siguen poniéndole el pecho a la vida sin encontrar quien los sostenga.
 Les deseo una santa Cuaresma, penitencial y fecunda Cuaresma y, por favor, les pido que recen por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
Cardenal Jorge Mario Bergoglio (s. j.) Buenos Aires, 13/02/13, Miércoles de Ceniza

viernes, 15 de marzo de 2013

FRANCISCO


El Papa que llegó desde el fin del mundo

Desde nuestra modesta página , le damos la bienvenida al Cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy FRANCISCO , el Papa de todos , el líder espiritual de 1200 millones de almas que lo recibimos con los brazos abiertos y el corazón rebosante de júbilo . Rezaremos por él , para que se allane el escabroso camino que le espera en el renacimiento de la Iglesia Católica.