sábado, 14 de agosto de 2010

MEDITACION


Frank Arjava Petter
Conferencia en Ciudad de Mexico - Octubre 2001

 La primera imagen que probablemente tienen la mayoría de ustedes de la meditación
es alguien sentado tranquilamente en una cueva en los Himalayas, con pelo largo, ropa
naranja, y sentado allí como un Buda en la postura del loto, con las piernas cruzadas o
sus piernas detrás de las orejas. U otra imagen sería la de 30 o 50 o 100 monjes sentados juntos en un templo Zen japonés. Nuevamente con sus piernas cruzadas en la posición del loto o sentados al estilo japonés sobre sus rodillas. Y en Japón estarían sentados con los ojos semiabiertos totalmente ausentes del mundo, sus asuntos y sus desafíos.


Pero ¿quién puede hacer eso?. ¿Alguien alguna vez ha hecho esto?. ¿Has pasado algunos años en un ashram o en un templo?. Esto no es posible para la mayoría de la gente. No sé si era diferente antiguamente, pero hoy en día nuestras vidas están tan complicadas y complejas que no puedes tomarte un avión a los Himalayas y sentarte alli. El problema es, que aunque te vayas a pasar un año sentado silenciosamente haciendo nada, cuando regresas aún sigues siendo la misma persona. Porque te transportas a las montañas pero luego también vuelves nuevamente al valle. Tengo varios amigos que pasaron largos períodos de tiempo meditando, y luego volvieron con el mismo enojo, los mismos celos, y la misma miseria. Todos los mismos problemas vuelven a sus vidas casi exactamente el mismo día que regresan. Entonces ¿Cómo podemos manejar esta situación? ¿qué podemos hacer, si escapar no funciona? ¿qué funcionará?. La única cosa que funciona es mirar la realidad tal cual es. Y tu realidad es la vida que estás viviendo con todas las situaciones en las que te encuentras. En tu familia, en tu trabajo, y en todas las dificultades que puedas ir encontrando. Escaparte de ellas no ayudará. Solo postpondrá la solución.


Lo que necesitamos hacer, lo que necesitamos aprender, es traer un espacio meditativo
dentro de nuestras vidas diarias. Entonces y sólo entonces, algo puede suceder, algo
puede cambiar. Y para ello por supuesto, en varias escuelas o disciplinas espirituales,
los maestros ofrecen clases de meditación o seminarios de fin de semana como este
grupo. Cuando estás en un lugar ambientado como este, con veinte personas que están
enfocadas en la misma cosa: en sí mismos, en la pregunta”¿quién soy?¿qué estoy
haciendo aquí?” en este ambiente es relativamente fácil estar tranquilo y en silencio
y ser tú mismo. Porque todos quieren hacer lo mismo. Y esto es exactamente el espacio que encuentras cuando entras a una hermosa iglesia o un hermoso templo o un lugar hermoso donde la gente viene para practicar meditación, a practicar mirarse a si
mismos, a practicar mirar a otros. Entonces en este pequeño círculo nuestro
empezaremos a apreciar el gustito de lo que es la actitud meditativa. Pero esto es
sólo una muy pequeña gota del océano, y lo que tienes que hacer después es llevar lo
que has aprendido aquí dentro de tu vida cotidiana y alimentarlo alli, y ayudarlo a
crecer más grande y más grande, y más grande, y más grande...


Entonces volvamos a la pregunta sobre qué es la meditación. No es sentarte en un lugar
solo. No es sentarte en un lugar en las montañas. Tampoco es una técnica. ¡Sólo por
sentarte con tus piernas cruzadas de un modo determinado, nada sucederá, excepto
que tus rodillas empezarán a dolerte después de un tiempo!.


Estoy seguro que has vivido esto: el momento en el que te sientas, tratando de meditar,
de repente tu conflicto interno o tu diálogo interno parece volverse más fuerte, más
fuerte y más fuerte. Entonces piensas que cuando meditas tu mente se vuelve mas
activa. Pero esto no es realmente verdadero. La verdad es que cuando te sientas y te
miras a ti mismo y te escuchas, comienzas a darte cuenta de todos los pensamientos
y toda la “chatarra” que pasa a través de tu cabeza. Y esto es normal, absolutamente
normal. Hasta un monje por ejemplo, que se ve tan ausente de todo, tan en paz y
tranquilo, si pudieras ver dentro de su cabeza te sorprenderías al ver lo que está
sucediendo allí. Lo mismo está sucediendo en cada uno de nosotros.


Una vez pasé tres años dentro de un grupo de meditación en el Ashram de Osho en la
India y había un hombre hermoso. No sé si era japonés o chino, estaba sentado en una
postura perfecta, como la estatua del Buda. Con su cabeza rapada y una hermosa cara,
en calma y tranquilo. Y todo el grupo lo miraba y pensaba “ Oh, algún día desearía llegar
a ser como él : tan calmo y tan pacífico”. Después de tres días enloqueció y empezó a
atacar físicamente a la gente...cinco hombres tuvieron que contenerlo. No pudo soportar
el silencio. Pero a los otros les llevó tres días darse cuenta de lo que estaba sucediendo
dentro de él. Entonces no te dejes engañar por una mirada solemne en la cara de alguien. Interiormente somos todos lo mismo; estamos todos ocupados, muy, muy ocupados, aunque nos mostremos en paz.


¿Qué hacemos con todo este “busy-ness” en nuestra cabeza?. La mayoría de la gente
dice que la meditación significa no pensar, mantenerse en silencio internamente. Pero
¿cómo hacerlo?. Porque cuando te sientas, la mente está activa, la mente se mueve: los pensamientos van y vienen. Como nubes en el cielo vienen y van. Yal igual que con las nubes en el cielo, no hay nada que puedas hacer con tus pensamientos. Si tratas de
espantar a uno, enseguida viene el otro. Es un proceso sin fin.


Otra dinámica de pensamiento es que cada pensamiento atrae a otro pensamiento, a
otro pensamiento, a otro pensamiento. Puede que empieces mirando una manzana y
antes de saberlo, en tu cabeza ya estás en el supermercado, haciendo las compras para
la semana que viene y antes de que puedas “pescarte”, ya estás pensando en el plato que a tu compañero no le gusta, y así y así. Entonces desde esta pequeña inocente manzana, hemos creado esta enorme historia dentro de nuestras cabezas. Y la idea de la meditación es no echar a la fuerza a todos los pensamientos. Comienzas a mirarlos, observándolos igual que cómo miras una película en una pantalla delante de ti.


Cuando comienzas a mirar una película, al principio no te identificas con ninguno de
los personajes que ves haciendo cosas, teniendo aventuras. Y al rato, si la película está
bien hecha te identificas con uno o varios de los personajes y quieres que se comporten
de un cierto modo, y esperas que les suceda esto o aquello. Y esto mismo sucede en
nuestras cabezas. Este es el proceso de pensamiento que sucede todo el día, así.


Y lo que necesitamos aprender es el modo de observar nuestros pensamientos y
emociones igual que como miramos a los personajes en una película que empiezas a
mirar. Cuando todavía no hay identificación.


Y muchas prácticas meditativas te sugieren hacerlo observando tu respiración. Mirando
a tu respiración. Observando la inspiración y exhalación.
Lo más misterioso es que es muy fácil tener conciencia de todo lo que está sucediendo
al mismo tiempo.


Por ejemplo, mientras estás observando tu respiración, es muy fácil tener conciencia
de todos los sonidos que te rodean, todos los aromas que hay a tu alrededor, los
sentimientos que te rodean y los que están dentro tuyo.Todas las impresiones
sensoriales son muy fáciles de observar mientras estás observando tu respiración.
Una vez que has aprendido cómo hacer esto, a simplemente estar atento a todo lo que
sucede, recién puedes dar el siguiente paso, que es ser consciente de tus pensamientos.


Y en lugar de seguir a cada pensamiento en su viaje desde la manzana al supermercado
y a la cena, sólo miras la manzana, la reconoces y la dejas ir. Dices: “Hola, hay un
pensamiento, puedo verlo, pero no me permito a mi mismo dejarme llevar ahora, estoy
mirando el cielo en vez de mirar las nubes que vienen y van”.


Y cuando aprendes cómo hacerlo, entonces será fácil también observar los sentimientos
y emociones que sientes. Y una vez que sabes cómo observar las cosas físicas, todas
las impresiones sensoriales, tus pensamientos y tus emociones, entonces algo sucederá dentro de ti, una muy sútil experiencia vendrá a ti. Comienzas a comprender que tú y lo que estás mirando, son dos cosas diferentes.


El problema más grande que tenemos es nuestra propia identificación con los
pensamientos y nuestra identificación con nuestras emociones. La identificación
con pensamientos y conceptos en grado extremo, puede significar una guerra entre
países, por ejemplo. Y la identificación con nuestras emociones siempre causa
problemas en nuestras familias, con nuestras parejas e hijos. La identificación es un
problema. En la meditación aprendes cómo des-identificarte desde tus pensamientos
y a des-identificar tus pensamientos, incluso los conceptos que tienes sobre la vida y
las emociones. Y esta des-identificación hace la vida más fácil. Te vuelves más y más
simple y sereno. Porque cuando estás suelto, no retienes cosas, conceptos, sentimientos, y te vuelves más y más fluido. Claro, estar apegados a nuestros conceptos y emociones nos da seguridad.


Por ejemplo, un concepto filosófico o cierta mirada de la vida te da seguridad. Por
supuesto esta seguridad no es ni permanente ni real. Es sólo imaginación, pero puedes
sentirte en casa dentro de la armadura que te has creado para ti. Por ejemplo, si eres
comunista, te sientes seguro dentro del sistema del comunismo. Si eres una persona
“new age” te sientes seguro dentro del sistema new age. O si eres lo que sea, si eres
mejicano o alemán o Cristiano o Budista, o lo que seas, te sientes seguro dentro de ese
sistema. Pero este sistema te limita. No hay un sistema filosófico que sea totalmente
abierto. Hay reglas e ideas en las cuales vives. Te dan seguridad y al mismo tiempo te
restringen, te atan. Y al volverte más y más meditativo lo que sucederá es que se
derritirán estos conceptos que has creado e irás más allá de los límites que te has
impuesto. De este modo te vuelves más y más fluído.


Y verás cómo la vida se vuelve más fácil, y más divertida. Porque no chocas contra los
límites que te has creado con tu sistema de pensamientos. Todos ustedes saben que a
la vida no le importan las filosofías que nos hayamos creado. Por ejemplo, si eres una
persona muy pacífica, y de repente algo sucede, como en Estados Unidos últimamente,
aquellos terribles ataques terroristas. Entonces te sientes muy sacudido, porque el
ataque terrorista, que es la realidad, no encaja en tu idea sobre la vida. Y entonces
estás apegado y quedas atrapado en tu propio sistema de pensamientos. Cuanto más
aprendes a mirar la realidad como es, estás menos atado por los conceptos, ideas y sus
efectos en tu vida.Y para llegar allí, debes crear una distancia entre tú y el objeto al
que observas. Esto es lo que aprendes en la meditación, esto es lo que aprendes al
sentarte. Permitir que la realidad sea exactamente como es, sin querer agregar o
quitar algo.


Entonces cuando nos sentamos juntos, no queremos quitarnos de encima los pensamientos, porque los pensamientos no pueden quitarse por la fuerza. Pero vamos a permitir que los pensamientos vengan y que los mismos pasen, y sigan.


Cuando los pensamientos vienen y van enfrente de tu ojo interno, y has creado la
distancia entre tú y tus pensamientos, sabes algo: que tú y tus pensamientos son dos
cosas distintas. De otro modo no puedes ver tus pensamientos. ¿Entiendes? El ojo no
puede verse a sí mismo. ¡¡¡Sólo puedes ver lo que no eres!!. Entonces si puedes observar tus propios pensamientos, eso significa que no eres tus pensamientos. Tú y tus pensamientos son dos cosas diferentes. Y esto trae un nuevo conocimiento dentro de tu vida. Y esto es que eres conciencia y el pensamiento es la manifestación de la conciencia, que va y viene. Pero el yo, la persona observando el pensamiento se mantiene siempre, con o sin el pensamiento. Un buen pensamiento o un mal pensamiento no implica ninguna diferencia.


Lo mismo sucede con las impresiones de tus sentidos. Cuando te miro, ¿quién te está
mirando?. Cuando miras la decoración de esta habitación, ¿quién la está mirando?.
Cuando estás escuchando mi voz, ¿quién la está escuchando?¿Quién está oyendo el
sonido del aire acondicionado, el perro ladrando y los autos? Esto es lo que nunca
cambia, lo que se mantiene como la conciencia “observadora”. Y está conciencia
observadora es lo que queremos alimentar, este espacio, que se mantiene siempre
igual, intocable, inamovible. Pero se da cuenta de todo lo que está sucediendo afuera
y adentro. ¿Sabes a qué me refiero?


Es como la pantalla de la película y alguien en el público: tus sentimientos y pensamientos y todas las cosas que están sucediendo a nuestro alrededor, son cosas que están sucediendo en la pantalla, y las estamos viendo. Frecuentemente decimos que estamos viviendo la experiencia de algo. Esto no es totalmente verdadero, porque estamos viendo algo que está separado de nosotros. No somos en realidad uno con esa experiencia, siempre hay una cierta distancia y esto es exactamente un espacio meditativo. Cuando aprendes a tomar distancia entre tú y lo observado. Y lo divertido es que ese momento en que has creado está distancia, la frontera o la diferencia entre tú y lo observado desaparece. Esto es un antagonismo: Necesitas tomar distancia, necesitas desconectarte, y en el momento en que te desconectas, booommm, todo se abre y te vuelves uno con lo que estás observando. Es muy extraño. Y esto es lo que queremos practicar y alimentar.


Al comienzo, notarás que tu mente está muy muy activa. Y esto puede ser shockeante.
Piensas “Oh! Dios, lo que está sucediendo en mi cabeza es una locura!”. Porque no es
solamente pensar: pensar es algo que deberíamos hacer conscientemente. Digamos que
pienso sobre un determinado tema. Es como llevar una linterna e ir pasando por todos
los rincones de la habitación para ver que hay ahí. Esto sería pensar. Si realmente
miro a cada tema desde todos los lugares: desde el frente, desde atrás, asegurándome
que lo comprendo y que puedo hacer algo con esto. Pero lo que nosotros llamamos
pensar, en general es simplemente igual a un mono saltando de una rama a otra ad

infinitum. Esto no es para nada consciente, es accidental, sucede por si mismo.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario