¿ Montaña o monticulo ?
Esta semana entramos en el mes de Virgo del calendario kabbalístico. Este mes está centrado en el juicio y, lamentablemente, muchas personas en este mundo se juzgan a sí mismas más que a nadie.
A menudo, un gran ego es en realidad una máscara que esconde una falta de autoconfianza. Construimos una capa de ego para que los demás piensen que somos maravillosos. Pero en la noche nos vamos a dormir solos, sabiendo lo que somos realmente. Lamentablemente, el mayor problema al que se enfrenta la humanidad no es el valor del dólar o del yen, sino el valor de uno mismo.
Si no pensamos que somos especiales, si somos demasiado duros con nosotros mismos, ¿cómo podemos esperar lograr lo que nacimos para hacer? Si no nos damos cuenta de lo capaces que somos, ¿cómo podemos esperar crear una diferencia en el mundo?
Si no conocemos nuestro valor verdadero, la vida va a estar llena de caos. ¿Por qué? Porque estamos creando una profecía autolimitante que se autorealiza.
Es casi como si fuera una plaga, una plaga de falta de creencia, una falta de creencia en nosotros mismos y en lo que podemos conseguir, ya sea espiritual o físicamente. El miedo al éxito y el miedo al fracaso son básicamente lo mismo.
Mucha gente que está en el camino de la espiritualidad ve su montaña de basura –imperfecciones, bloqueos y desafíos– y cuando no puede ver la cima de la montaña, dice que ha perdido la esperanza. Todos tenemos basura. No estaríamos en este planeta si no tuviéramos algo que limpiar. La única forma de escalar la montaña es tener la certeza de que podemos escalarla, aunque a veces no estemos 100% seguros de tener lo que se necesita para lograrlo.
Si entramos en la cancha de baloncesto y no pensamos que podemos vencer al otro equipo, no vamos a ganar. Debemos tener la certeza de que podemos derrotar al Oponente, o iremos pasando por generaciones y generaciones de caos.
Las generaciones de Isaac Luria y otros grandes kabbalistas estuvieron muy cerca de llegar a la cumbre, pero se quedaron cortas. Nosotros no estamos aquí para quedarnos cortos. Estamos aquí para alcanzar una masa crítica de Luz y vencer a toda la oscuridad.
Podemos superar nuestra montaña de ego, no sólo en un sentido espiritual, sino también en un sentido físico, en todo lo que hacemos. Pero no podemos hacerlo acampando al pie de la montaña, escondiéndonos en su sombra, y no dándonos cuenta de que se nos ha dado todo lo necesario para realizar la caminata fatigosa. Este mes, lo más importante que podemos hacer es tener la certeza de que todo puede hacerse, y esta semana te desafío a que mires la montaña como si fuera un montículo. Debes saber que antes de venir a este mundo, en realidad elegimos la basura específica con la que estamos lidiando en esta vida, no para ser prisioneros de ella, sino para superarla. Porque PODEMOS.
Todo lo mejor,
Yehudá
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