Las cronicas dicen que los reyes de la Edad Media curaron gracias a la virtud de sus manos enfermedades como la tuberculosis ; en Inglaterra se cita al rey Eduardo el Confesor como iniciador de esta practica.
Los testimonios historicos en tal sentido prosiguen durante unos siete siglos y concluyen con el reinado del descreido Guillermo IV. Muchos de estos antiguos casos o intentos de curacion por la imposicion de manos se justifican por la Fe en los poderes especiales de Jesus, o del personaje real, o de tal o cual sanador. Al mismo tiempo, algunos teoricos de la medicina aventuraban ya la hipotesis de que debian existir en la naturaleza, fuerzas vitales o influencias especiales que servirian de mediadoras y explicarian esas curaciones.
Algunos de estos primeros investigadores del mecanismo de la curacion, supusieron que las energias puestas en juego eran de naturaleza magnetica; entre los primeros que postularon la existencia de una fuerza magnetica vital de la naturaleza, estuvo el medico Theophrastus Bombastus von Hohenheim , que no es otro que el controvertido personaje tambien llamado Paracelso ( 1493-1541). Ademas de descubrir diversos remedios farmacologicos, Paracelso establecio el sistema de la medicina de las afinidades, segun el cual las estrellas y otros cuerpos ( en especial los imanes) influyen sobre los humanos por medio de una emanacion sutil o fluido que se halla presente en todo el espacio. Esta teoria era un intento de explicar
los aparentes vinculos del ser humano , las estrellas y otros cuerpos celestes. El sistema de las afinidades de Paracelso , puede considerarse como una temprana intuicion, formulada desde el punto de vista astrologico, de las influencias que estrellas y planetas ejercen sobre las dolencias y el comportamiento de los humanos.
A esa sustancia sutil le atribuia propiedades magneticas asi como extraordinarias cualidades curativas. Tambien concluyo que si alguien poseyera o dominara en grado suficiente esa fuerza, ese tal podria detener las enfermedades de otras personas o incluso curarlas.
Paracelso afirmaba que la fuerza vital no reside encerrada en ningun individuo, sino que irradia dentro y alrededor de el a modo de esfera luminosa cuya influencia se extiende a cierta distancia. Si nos fijamos en la exactitud de esta descripcion de las energias que rodean a los individuos, tendremos que preguntarnos si Paracelso no seria un clarividente capaz de observar directamente el campo aurico humano.
En 1778 se presento un sanador radical con la afirmacion de ser capaz de lograr exitos terapeuticos notables sin necesidad de que el paciente tuviera fe en los poderes curativos de Jesus ni en los del propio sanador. Franz Anton Mesmer, aseguraba que las curaciones obtenidas por el eran debidas al empleo cientifico de una energia universal , a la que llamo fluidum. Segun aseguraba Mesmer , el fluidum era un fluido fisico sutil presente en todo el Universo, asi como el medio de comunicacion entre los humanos y los demas seres vivientes, y entre estos organismos vivos y la tierra y todos los demas cuerpos celestiales. Consideraba que todos los cuerpos fisicos, los animales, plantas e incluso las piedras estaban saturadas de ese fluido magico.
Comprendio Mesmer que la mejor fuente de esa fuerza universal era el propio cuerpo humano y descubrio que los puntos en donde el flujo energetico parecia mas activo eran ¡¡¡ las palmas de las manos !!!
Las investigaciones de laboratorio mas recientes sobre los efectos fisiologicos de la imposicion de manos han corroborado la naturaleza magnetica de esas energias curativas sutiles, demostrando que la interpretacion mesmeriana en cuanto al caracter magnetico de dichas energias se adelantaba en varios siglos a sus contemporaneos, aunque como tambien se vera, la medida directa de aquellas con instrumentos convencionales de deteccion electromagnetica sea tan dificil hoy como en aquella epoca.
Fuente
fragmentos de LA CURACION ENERGETICA- Richard Gerber.
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