Michael Berg
"Existe una diferencia fundamental entre las leyes de causa y efecto de la espiritualidad y de las ciencias exactas. En el mundo físico sólo hace falta saltar de un puente para darnos cuenta de la insensatez de nuestro comportamiento. El resultado negativo se hace evidente en un segundo. Sin embargo, espiritualmente podemos dar varios saltos imprudentes sin chocar contra el pavimento. Podemos experimentar la excitación de la caída y no sentir el dolor, al menos por un tiempo.
La razón de ese lapso entre la causa y el efecto en el reino de la espiritualidad es sencilla y reveladora. Tiene que ver con el libre albedrío que nos hace seres humanos y como copartícipes de Dios en el proceso de la creación.
Si viviéramos en un mundo en el que el efecto de la acción negativa se manifestara inmediatamente como dolor y sufrimiento, el elemento de la elección desaparecería de nuestras vidas.
Para comprender esto, imagine que cada acción negativa fuera castigada inmediatamente con una poderosa descarga eléctrica. No pasaría mucho tiempo antes de que la negatividad desapareciera del comportamiento humano como consecuencia de la represión y no de la elección. La acción correcta resultaría del temor al castigo, no de una decisión proactiva. El libre albedrío que el Creador decretó para nosotros desaparecería.
Con respecto a las leyes espirituales, la correlación entre causa y efecto está oculta con el fin de preservar nuestro poder de elección
Así que no recibimos descargas eléctricas cada vez que nos movemos en la dirección espiritual equivocada, ni somos recompensados instantáneamente cuando elegimos actuar correctamente. Depende de nosotros desarrollar conciencia sobre nuestro comportamiento y sobre su relación con la ley espiritual. Depende de nosotros decidir y elegir, y darnos cuenta de que las consecuencias de nuestras acciones, buenas o malas, se manifestarán en algún momento. Cuando las consecuencias negativas se materializan, podemos quedar desconcertados por las causas. En los momentos en que nos sentimos más confundidos quizás culpemos al Creador, pero esto es tan absurdo como culpara a la ley de la gravedad por el dolor de chocar contra el pavimento después de saltar de un edificio.
El dolor es una oportunidad para corregir nuestro comportamiento."
La razón de ese lapso entre la causa y el efecto en el reino de la espiritualidad es sencilla y reveladora. Tiene que ver con el libre albedrío que nos hace seres humanos y como copartícipes de Dios en el proceso de la creación.
Si viviéramos en un mundo en el que el efecto de la acción negativa se manifestara inmediatamente como dolor y sufrimiento, el elemento de la elección desaparecería de nuestras vidas.
Para comprender esto, imagine que cada acción negativa fuera castigada inmediatamente con una poderosa descarga eléctrica. No pasaría mucho tiempo antes de que la negatividad desapareciera del comportamiento humano como consecuencia de la represión y no de la elección. La acción correcta resultaría del temor al castigo, no de una decisión proactiva. El libre albedrío que el Creador decretó para nosotros desaparecería.
Con respecto a las leyes espirituales, la correlación entre causa y efecto está oculta con el fin de preservar nuestro poder de elección
Así que no recibimos descargas eléctricas cada vez que nos movemos en la dirección espiritual equivocada, ni somos recompensados instantáneamente cuando elegimos actuar correctamente. Depende de nosotros desarrollar conciencia sobre nuestro comportamiento y sobre su relación con la ley espiritual. Depende de nosotros decidir y elegir, y darnos cuenta de que las consecuencias de nuestras acciones, buenas o malas, se manifestarán en algún momento. Cuando las consecuencias negativas se materializan, podemos quedar desconcertados por las causas. En los momentos en que nos sentimos más confundidos quizás culpemos al Creador, pero esto es tan absurdo como culpara a la ley de la gravedad por el dolor de chocar contra el pavimento después de saltar de un edificio.
El dolor es una oportunidad para corregir nuestro comportamiento."
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