La profesora Norma Barales cuenta que su interés por el pueblo maya se despertó el día en que descubrió la manera que tenía su gente de saludarse. Cuando dos mayas se encontraban se decían In lak' ech, que en su lengua significa yo soy otro tú. "Otra cosa que me llamó poderosamente la atención es que veían el tiempo no como algo lineal, sino como un proceso cíclico. Es decir que si hay algo que uno cree que va a ocurrir, en realidad puede ser que ya haya ocurrido. Un ejemplo, todos en la escuela hemos hecho una recta numérica: trazamos una línea, marcamos un cero y luego seguimos hasta 2011. Todo lo anterior al cero es considerado antes de Cristo. Pero si seguimos adelante, en algún momento la línea se va a curvar porque el espacio es curvo y, si continuamos, llegaremos nuevamente al cero y luego a 2011. Entonces, ¿cómo nos vamos a ubicar ante este problema del tiempo? La respuesta maya es simple: en el aquí y en el ahora", explica Barales, o Aguila Solar Azul, su nombre maya.
El tiempo es relativo. "Volvamos a ejemplos concretos. De qué sirve que yo diga vení mañana que te voy a dar una extraordinaria disertación sobre la sabiduría de los mayas, o ¡si hubieses venido ayer habrías disfrutado de una increíble conferencia sobre la sabiduría del pueblo maya! Nada de todo eso nos sirve, entonces: el momento es ahora y el lugar es aquí. Y esto lo podemos hacer extensivo a toda la Tierra. Hubo otro pueblo en América que tuvo un pensamiento muy parecido al de los mayas: los hopi, la nación hopi, que vivía en las márgenes del río Colorado, en Arizona."
Poderoso legado. Para la investigadora, los mayas son un pueblo sorprendente: conocían la rueda, fueron grandes astrónomos y arquitectos, y en matemáticas desarrollaron el concepto del cero siglos antes que los árabes. Tuvieron un gran respeto por todas las formas de vida, por el medio ambiente, la madre tierra, ya que en todo veían una manifestación de la energía divina; cada cosa tenía su espíritu y su razón de ser. De origen incierto, hay textos muy antiguos que afirman que llegaron a través del estrecho de Bering, pero otros escritos de la misma época cuentan que llegaron de cuatro direcciones, una el cielo. Su legado más extraordinario fue el calendario Tzolkin, también llamado Telar de los Mayas o Módulo Armónico. En un texto muy antiguo, el Libro del Kam Wuj, se explica: "Sintetiza toda la sabiduría del mundo antiguo, es el instrumento más útil y trascendente tanto para el ser individual como para todas las naciones, pues nos da la información de cómo lograr un desarrollo completo y armónico".
Precisión. El calendario maya está considerado uno de los más exactos del mundo. Cuando el gregoriano acumula un error de un día cada 4000 años, el maya acumula sólo un día cada 5000 años. El Tzolkin es un calendario de 260 días que surgen de multiplicar los 20 días del llamado mes maya por la semana (uinal) que es de 13 días. El número de 20 días surge de sumar los 20 dedos del ser humano: 10 de las manos, conectados al cosmos, y 10 de los pies, en contacto con la corriente telúrica, la madre tierra.
Un calendario para reconocerse. "Tzolkin nos permite reconocer nuestra energía, para ubicarnos en el mundo, saber nuestras capacidades y debilidades, y orientar la existencia con un propósito de vida para desarrollarnos plenamente", concluye Barales.
LA VIDA ES ARTE
"Propongo un ejercicio para aplicar la sabiduría de la cultura maya en nuestra vida cotidiana. Solemos decir: No me alcanza el tiempo para jugar con mis hijos, no tengo tiempo para ver a mis amigos, necesito tiempo para caminar o hacer gimnasia, quisiera contar con tiempo para hablar con mi madre. La propuesta maya es cambiar la palabra tiempo por vida. Entonces la nueva enunciación sería más o menos así: No me alcanza la vida para jugar con mis hijos, o no tengo vida para crear o hacer lo que me gusta, etcétera. Para los mayas vida significaba arte. Y ante el cambio de tiempo por vida comprendemos que no manejamos nuestra vida, que no somos protagonistas, que no podemos crear, amar, disfrutar. La sabiduría maya nos pide que nos detengamos y nos acerquemos a un nuevo paradigma, que cambiemos el desgastante concepto de el tiempo es oro por la vida es arte, amor, creación, contemplación, trabajo."
fuente
lanacion - om Luis Aubele.
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