Una señora muy pobre telefoneó para un programa de radio pidiendo ayuda, pues no tenía nada que comer.
Un brujo del mal que por casualidad oía el programa consiguió su dirección, llamó a sus secretarios y ordenó que compraran alimentos y los llevaran hacia la mujer, con la siguiente instrucción:
Cuando ella pregunte quien mandó estos alimentos, respondan que fue el DIABLO
Cuando llegaron a la casa, la mujer los recibió con alegría y fue inmediatamente guardando los alimentos que le llevaron los secretarios del brujo. Al ver que ella no preguntaba nada, ellos le preguntaron: ¿Señora no quiere saber quién le envió estas cosas? La mujer, en la simplicidad de la fe, respondió:
- No, hijito... No es preciso.
Cuando Dios manda, hasta el diablo obedece!
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Como me gusto la acnedota, asi es amigo nada detiene los designios de Dios.
ResponderEliminarEsta cada día mas interesante tu blog. Adelante y con fé. sus
Gracias Susana
ResponderEliminarcomentarios como los tuyos me animan a seguir publicando.
Fernando.