lunes, 5 de julio de 2010

LA PERSONA DINAMICA



¿ERES TÚ DINÁMICO?

LA PERSONA DINÁMICA

¿Qué es una persona dinámica? Muchos creen que les gustaría ser considerados dinámicos, pero no parece que tuvieran una idea muy clara de lo que significa esa expresión. A veces creen que es ser agresivos o presumidos. Otros creen que significa atraerse la  atención en alguna forma menos llamativa pero igualmente efectiva. En realidad, nada puede estar más lejos de la verdad.
Una persona dinámica es aquella que hace algo para cambiar al mundo y a la gente. La magnitud de su obra puede que no sea grande, pero es un hecho que el mundo queda un poco diferente porque aquella persona ha vivido y actuado en él. Eso es ser una persona dinámica.
Las personas dinámicas como San Pablo, o Washington, o Napoleón, cambiaron las vidas y destinos de millones de personas, y sus obras son conocidas por todos; pero hay muchos hombres y mujeres cuyas obras son apenas, o nada conocidas, y sin embargo en su propia escala son dinámicos porque han cambiado el mundo en una forma pequeña.
Si tú en realidad logras que se haga algo, no importa cuan pequeño; eres dinámico y el mundo es diferente porque has vivido en él. Si sólo aparentas hacer, o hablas de ello, o estas fabricando apariencias, no eres dinámico. Eres un actor, o actriz; eres un cascarón vacío y nadie quisiera ser así.
Aquel que hace algo de una nueva manera y mejor, es dinámico. El que logra que dos granos de trigo crezcan donde antes no crecían sino uno, es dinámico. Aquel que llega a levantar un negocio que sirve al público, o que encuentra empleo para otros, es dinámico. El que produce un invento útil, es dinámico. El que compone buena música, buena poesía, buenos cuadros o esculturas, es dinámico. Uno que sana es dinámico. Uno que enseña bien, es dinámico.
Todos éstos dejan al mundo un poco diferente a como lo encontraron. Washington cambió el curso de la historia, y tú puede que cambies la vida de una sola persona curándola, enseñándola, o simplemente inspirándola por tu propia demostración. Lo esencial es que algo se ha transformado en el cuadro exterior.
Hay personas tontas que están satisfechas con ser llamadas dinámicas; les satisface aparentar. Gastan sus energías en sus apariencias. Adoptan una actitud imponente y hablan grandilocuentemente y por supuesto en forma vaga de las grandes cosas que han hecho o que piensan hacer. Les dan nombres altisonantes a las cosas insignificantes, y todo esto no es otra cosa que un complicado bluff, y es lo opuesto a lo dinámico.
El secreto de ser dinámico es “creer que Dios obra a través de ti”, sin importar lo que estés haciendo. Poniendo tu servicio ante todo y siendo tan sincero, práctico y eficiente como puedas. Si pones en práctica este sistema, aunque no sea sino por muy poco tiempo, te sorprenderán los resultados asombrosos que obtendrás, y te encontrarás convirtiéndote en una persona verdaderamente dinámica.
Servir bien realmente, es estar realmente vivo. “Por sus frutos los conoceréis”. Mateo 7-20.

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