Invierno abrigado por dentro y por fuera, un consejo chino
Por Marisa Cortéz / Especial para Buena Vida
Para cada etapa del año, la Medicina Tradicional China (MTC) sugiere una serie de conductas tendientes a prevenir enfermedades. Cuáles son las correspondientes a la actual estación, a partir del equilibrio energético del yin y el yang.
Una estación donde los ritmos naturales se desaceleran, pero no los humanos (Foto, Juan Manuel Foglia)
29/06/12 - 19:54
“Abrigate, por dentro y por fuera” es la consigna sensata y eficaz que la Medicina Tradicional China nos da para mantenernos sanos durante el tiempo frío.
En la naturaleza, éste es un tiempo de descanso. Plantas y animales disminuyen su actividad y así acumulan energía para la próxima primavera.
Pero el hombre hoy no sigue este ritmo, por lo que se expone a los factores de riesgo del invierno: estrés, mala alimentación, exceso de frío y humedad.
En la Medicina Tradicional China (MTC), la energía o “qi” es un bien muy preciado. El hombre tiene tres fuentes para obtenerla. En la naturaleza, éste es un tiempo de descanso. Plantas y animales disminuyen su actividad y así acumulan energía para la próxima primavera.
Pero el hombre hoy no sigue este ritmo, por lo que se expone a los factores de riesgo del invierno: estrés, mala alimentación, exceso de frío y humedad.
Una es el qi ancestral, una especie de capital energético que traemos de nacimiento, y que vamos consumiendo a lo largo de la vida. Los alimentos aportan otra fuente, y el aire, la que resta.
Además, en nuestro organismo conviven -como en todo el Universo- dos fuerzas contrapuestas, que deben estar equilibradas: el yin y el yang.
El invierno es yin; sus cualidades son el frío, la oscuridad, la humedad, la tendencia al reposo (el yang es calor, luz, sequedad y movimiento). Si al yin estacional que nos afecta le agregamos más yin con la comida y nuestros hábitos, se debilita nuestro yang, el equilibrio se rompe y nos enfermamos.
Como todo en MTC está alineado con los ciclos naturales, al invierno le corresponde un elemento, el agua, y a ésta dos partes de nuestro organismo: el riñón (así, en singular), que guarda el qi ancestral, y la vejiga. Para que se mantenga el balance y, con él, la salud, entonces hay que proteger el agua de nuestro organismo y la energía de estos órganos del exceso de yin.
¿Y cómo hacemos? Para que el agua de nuestro cuerpo no se enfríe ni se estanque, hay que mantenerla tibia y en movimiento. Siga estos cuatro consejos chinos y disfrute del invierno.
Abrigo por fuera. Los puntos clave para abrigarse son, según la MTC, los riñones, rodillas, estómago y nuca. La “cintura caliente” contribuye a preservar el calor de nuestra energía básica y a fortalecer el llamado qi defensivo, nuestra protección contra los factores patógenos.
Abrigo por dentro. Hay que optar por comer alimentos que entibien, nutran y, por lo tanto, no consuman el calor del cuerpo. Esto significa decir no a las comidas crudas (ensaladas, frutas) y a las bebidas frías. La cocción, y más si es lenta, aporta yang. Es tiempo de sopas, guisos y caldos con hortalizas de raíz, legumbres, carne o sus sustitutos. Las especias “calientes”, como la canela y el jengibre, pueden agregarse a los platos y a infusiones.
Mover el qi. El ejercicio moderado es muy aconsejable, para que nuestro qi circule sin dificultades, pero en invierno debemos ejercitarnos bajo techo. Si salimos a correr, debe ser con abrigo suficiente: el aire frío y húmedo es factor de enfermedad. Para movilizar la energía, hay un truco “a prueba de sedentarios”: comenzar el día con un masaje frotando la zona lumbar y sacudir las manos varias veces, como si las tuviéramos mojadas, lo que activa la circulación del qi.
Descansar mente y emociones. En MTC, el hígado es el responsable de mantener la fluidez del qi a través del cuerpo. Colaboramos con su trabajo si bajamos el estrés, ya que la ira y la ansiedad son dos emociones muy dañinas para este órgano. Si podemos, lo mejor es recostarnos unos veinte minutos al día, respirando pausadamente. Si no, le propongo entornar los ojos y escuchar una buena selección de música relajante, para despejarse y recuperar la serenidad.
* La autora es periodista especializada en medicinas integrativas y terapeuta holística.
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