Cuando varios practicantes de Reiki se unen, se produce un efecto de acoplamiento del poder luminoso de sus voluntades reunidas. Es por eso una situación maravillosa que merece ser aprovechada para sanar cualquier condición crítica, individual o colectiva.
El procedimiento es muy simple, como formar un círculo o rueda, dentro de la cual se visualizará la condición a tratar o se pondrá a la persona necesitada, o un vehículo hacia ella. Es práctico que uno de los participantes actue de coordinador o dirija la sesión de grupo, marcando las fases y llevando la voz cantante en las plegarias o las afirmaciones.
En determinados momentos, los participantes pueden cogerse de las manos, formando una cadena física ininterrumpida, de manera que se incrementa la conciencia de unidad y se hace circular el Reiki también en el sentido del mismo grupo.
Los Círculos Reiki resultan tremendamente positivos para todos los que los forman, y no sólo para los receptores de los tratamientos. Se puede sentir la presencia de innumerables Guías, asistiendo desde lo invisible el trabajo del grupo.
Igualmente, puede orientarse la practica de un Círculo avanzado a la canalización de los mensajes de estos seres de luz que nos acompañan desde el lado extrasensorial. En este caso, los receptores son los propios participantes del mismo Círculo, que permanecen abiertos y se permiten verbalizar los mensajes que intuitivamente van captando. O, en otra variante, el receptor/Canal puede estar en el centro, siendo sostenido por el Círculo para su entrada en un estado de elevada sabiduría y conocimiento...
Finalmente, los Circulos de Canalización pueden estar dirigidos a la comprensión o clarificación de un tema específico, para lo cual se hara un llamamiento inicial a la Luz/Reiki y, durante la sesión, los mensajes captados traerán la resolución de las preguntas planteadas a la Conciencia maestra.
fuente
gentenatural.com.ar
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