sábado, 16 de abril de 2011

SOCIEDAD - FORMULA PARA CRECER - PILAR SORDO.


Pilar Sordo


Soy una mujer, madre de dos hijos de 15 y 12 años, separada hace nueve años y que le ha tocado reinventarse muchas veces en la vida. He cometido errores, y siento que la vida es una instancia maravillosa para crecer y ser mejores. Soy escritora, investigadora de realidades sociales, asesoro colegios y empresas a lo largo de todo Chile. Trabajo mucho en el mundo rural y el de la pobreza, participo en programas de televisión y escribo para diferentes medios de prensa. Soy católica, o intento serlo en profundidad, y trato todos los días de cumplir con el deber de ser feliz y de hacer feliz a los que me rodean. Vivo en Viña del Mar, y tengo consulta en esa ciudad y también en Santiago.
( del perfil de Pilar Sordo en su blog de Terra)

 Fórmula para crecer
  
 ¿Cómo encarar el inicio del año? Nuestra columnista nos cuenta cuáles son sus herramientas para poder construir un buen 2011 y aprender todos los días a ser mejores.
 Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos. Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son. Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos. Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje.
Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla depende de nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo. “Ser feliz es una decisión”, no nos olvidemos de eso.

Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo para poder construir un buen año 2011 porque todos estamos en el camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres cosas:
-a aprender a amar 
-a dejar huella
-a ser felices

En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es cómo y creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos:

 -Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de crecimiento. El trabajo sea remunerado o no,  dignifica el alma y el espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental. 

En Chile el significado del cansancio es visto como algo negativo de lo cual debemos deshacernos y no cómo el privilegio de estar cansados porque eso significa que estamos entregando lo mejor de nosotros. A esta tierra vinimos a cansarnos, para dormir tenemos siglos después.

 -Valorar la libertad como una forma de vencerme a mi misma y entender que ser libre no es hacer lo que yo quiero. Quizás el 2011 deberíamos ejercer nuestra libertad haciendo lo que debemos con placer y decir que estamos felizmente agotados y así poder amar más y mejor.

 -El tercer y último punto a cultivar durante el 2011 es el desarrollo de la fuerza de voluntad, ese maravilloso talento de poder esperar, de postergar gratificaciones inmediatas en pos de cosas mejores. Este a mi juicio es el gran elemento a educar no sólo el 2011 sino que durante todo el siglo XXI.

Es dentro de todo este trabajo donde nos debiéramos concentrar en sentarnos en la mesa en familia, mínimo una vez a la semana, ojala todos los días.

Apagar las pantallas mientras estamos comiendo, no contestar teléfonos, sentir que los únicos ruidos que se escuchan sean los de nuestras voces.

Hacernos cariño y tratarnos bien como país y como familia, saludarnos en los ascensores, saludar a los guardias, a los choferes de las micros, sonreír por lo menos una o varias veces al día. Querernos. 

Crear dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto desorden que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas independientes de los recursos se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir adentro.

Tengamos contacto con la naturaleza, juguemos, riamos y démonos el tiempo de compartir con los abuelos, imprimámosle las fotos para que las vean como a ellos les gusta y disfrutemos de sus sabidurías. Obliguemos a nuestros hijos a compartir con ellos, así entenderán sus historias.

Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de ello. La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tiene que ver con la inteligencia del nuevo siglo: la inteligencia espiritual.

Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los juegos “antiguos”, a los encuentros familiares, a los encuentros con amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro de nuestras familias.

Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos sino que con la ACTITUD con la cual enfrentemos lo que nos toca.

El 2011 vendrá con lo que tenga que venir, todo será necesario y maravilloso, lo bueno, lo malo, lo bonito y lo feo, acojámoslo con amor y con gratitud y con el alma abierta a todo lo que tendremos que aprender de él. 

FELIZ 2011, y que Dios los bendiga a todos.          

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