viernes, 4 de noviembre de 2011

ABORTO Y EL DERECHO A VIVIR - REIKI Y FE CRISTIANA

Las dos entradas que pueden leer a renglon seguido, pertenecen al Blog de un sacerdote catolico ,  el Padre Fabian.
Lo estuve leyendo y me parecio muy bueno en casi todos sus articulos. Pese a no estar de acuerdo con sus conceptos sobre Reiki ( transcribo su pensamiento en Reiki y Fe Cristiana mas abajo ) pongo al alcance de uds. el criterio que sustenta, con el convencimiento de sus buenas intenciones y sinceridad, tanto como de su desconocimiento sobre Reiki, que el mismo reconoce.
Mis lectores merecen escuchar el tañido de las dos campanas, sobre todo cuando ambos sonidos son puros.
Fernando.

EL DERECHO A VIVIR

Cuando se plantea el tema del aborto, lo que cuesta es hacer entender el derecho que una persona tiene a nacer.
A través de una noticia de Aciprensa nos enteramos de algo que no cabría en la cabeza de cualquiera que tenga dos dedos de frente. Resulta que la Asociación Inglesa de Medicina Perinatal estableció que se ofrece asistencia médica sólo a los niños que nazcan luego de las 22 semanas de gestación. El duro cumplimiento de esta ley lo padeció la inglesa Sarah Capewell porque tuvo a su bebé a las 21 semanas y 5 días. Por ese motivo ningún medico le hizo la atención post-parto al bebé. Este murió a las dos horas en los brazos de su mamá, que clamaba por la ayuda. Para más datos lean en la noticia de Aciprensa.
En un post anterior recordamos que el origen de todo derecho humano está en el derecho a la vida. Hay muchas discusiones en nuestro país sobre el tema. Lo que muchos ignoran (voluntaria o involuntariamente) es que hay un tratado internacional (el Pacto de San José de Costa Rica) que tiene rango constitucional para los argentinos. Por eso, este delito impune en Inglaterra sería penado entre nosotros. Les copio los artículos que tienen que ver con este tema:
Artículo 4. Derecho a la Vida
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.
2. En los países que no han abolido la pena de muerte, ésta sólo podrá imponerse por los delitos más graves, en cumplimiento de sentencia ejecutoriada de tribunal competente y de conformidad con una ley que establezca tal pena, dictada con anterioridad a la comisión del delito. Tampoco se extenderá su aplicación a delitos a los cuales no se la aplique actualmente.
3. No se restablecerá la pena de muerte en los Estados que la han abolido.
4. En ningún caso se puede aplicar la pena de muerte por delitos políticos ni comunes conexos con los políticos.
5. No se impondrá la pena de muerte a personas que, EN EL MOMENTO DE LA COMISIÓN DEL DELITO, tuvieren menos de dieciocho años de edad o más de setenta, ni se le aplicará a las mujeres en estado de gravidez.
6. Toda persona condenada a muerte tiene derecho a solicitar la amnistía, el indulto o la conmutación de la pena, los cuales podrán ser concedidos en todos los casos. No se puede aplicar la pena de muerte mientras la solicitud esté pendiente de decisión ante autoridad competente.
Artículo 19. Derechos del Niño
Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor requieren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado.
Artículo 24. Igualdad ante la Ley
Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.
Resulta que se dice (por parte de los grupos pro-abortistas o las pseudas católicas por el derecho a decidir) que el niño no-nacido no tiene derechos hasta que nazca. Que, en ese caso primaría un pseudoderecho de la mujer a su cuerpo. Pero, en esta noticia podemos comprobar que cuando hay intereses de negocios medicinales nadie (nacido o no nacido) tendría plenos derechos: siempre habría algún punto de ley o reglamento que avalen conductas que, para personas en su sano juicio, son homicidas. En este contexto, los cristianos no podemos dejar de clamar por vida digna y plena para todos.

REIKI Y FE CRISTIANA.


Muchas veces me hacen preguntas sobre temas que conozco muy poco. Una de esas fue sobre el Reiki. Hasta me prestaron un libro para que lo lea. Esa vez devolví el libro a los meses sin hojearlo: signo que no me interesó demasiado el tema (como para ponerme a digerir algo que me es extraño).
Por esto leí con alegría una entrevista a Miguel Palomino que publica la Agencia Zenit. Muy interesante por la idoneidad intelectual y el respeto del entrevistado. Pero su caballerosidad no quita que diga las cosas por su nombre. Les dejo su respuesta a la pregunta sobre los principales elementos de la cosmovisión del Reiki incompatibles con la fe cristiana. Los invito a leer todo el artículo en su lugar de origen.
En primer lugar un dualismo cósmico. De origen taoísta, la teoría de los opuestos (Yin – Yang), viviendo en una constante “guerra espiritual” contra las energías negativas, de las cuales se protegen con símbolos protectores (“escudos”), que son simples amuletos, que promueven una mentalidad mágica y supersticiosa. Y por otra parte, subyace en sus escritos un panteísmo que reduce a Dios a una energía que se puede canalizar si uno se concentra y aprende las técnicas para ello.
El sincretismo es tal, que en sus oraciones al “Padre”, lo llaman “Ser universal superior” y al “Espíritu Santo” lo igualan al “Ki” o “Chi”, es decir, a la energía que pasa a través de nosotros y que recibiríamos del universo, con lo cual Dios ya no es persona, sino una energía que podemos “sintonizar”. En algunos casos recurren a un lenguaje pseudocientífico para explicar que a Dios no lo vemos simplemente porque es una energía a otro nivel de frecuencia. Con esto basta para entender que están muy lejos de la fe cristiana y empapados de la New Age.
Semejante a algunas antropologías gnósticas sus manuales nos hablan de una “chispa divina” atrapada en nuestra carne, y el 90% de sus adherentes creen en la reencarnación.
Por otra parte, el mismo Jesús es nombrado como un gran maestro sanador que imponía manos, y hasta graciosamente lo proponen como un maestro Reiki muy antiguo. Incluyen una doctrina sobre Jesús que desfigura su identidad como Dios hecho hombre y como único salvador, quedando como un sanador entre tantos. El sentido cristiano de la imposición de manos no tiene nada que ver con el uso que se hace de ese gesto en el Reiki.
Con esto bastaría para decir que nadie puede llamarse cristiano y tener una visión así de Dios, del mundo, del ser humano y de la vida después de la muerte.
No tengo nada en contra de las terapias de origen japonés, pero advierto siempre a los católicos de la incompatibilidad de esta doctrina que se presenta como simple “terapia”, con la fe cristiana.

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