jueves, 15 de diciembre de 2011

SOCIEDAD - LA NATURALEZA HUMANA.

No importa de qué capítulo del catálogo delictivo provengan -fraudes impositivos, espíritus en venta, salideras bancarias o cualquiera de las muchas variedades de la inmoralidad... empezar el día con una lista de noticias policiales es francamente descorazonador en cualquier momento del año.            
Pero si la información periodística cercana a la Navidad, época en que salen a relucir los mejores deseos, incluye las atrocidades más siniestras que se puedan imaginar, como asesinatos de chicos indefensos o femicidios múltiples, ya se torna francamente intragable.

Sin duda, la criminología tendrá explicaciones para entender estos oscuros extremos de la psiquis, pero a veces uno duda de que los humanos hayamos superado la Edad de Piedra... Por suerte, hay quienes opinan lo contrario. El célebre -y controvertido- psicólogo canadiense y profesor de la Universidad de Harvard Steven Pinker, autor de El i nstinto del lenguaje (y una larga lista de best sellers), intenta demostrarlo a lo largo de 802 páginas en el recientemente publicado The Better Angels of Our Nature (algo así como Los mejores ángeles de nuestra naturaleza , Allen Lane, 2011).

Según Pinker, bajo nuestra piel depilada no se aloja un homínido sediento de sangre. Es más, aunque la profusión de cadáveres y cuerpos destrozados que nos llegan desde los cuatro costados del planeta parezcan desmentirlo, la civilización actual sería mucho menos violenta que la de siglos precedentes.

En un artículo para Nature , Pinker asegura que si se cuantificaran las muertes ocurridas en esos tiempos por imperios que colapsaban, maníacos conquistadores, ventas de esclavos y aniquilaciones de pueblos nativos, serían comparables a las causadas por cada una de las dos guerras mundiales. "La arqueología y la demografía etnográfica sugieren que alrededor del 15% de las personas que vivían en sociedades en las que no se había constituido el Estado morían violentamente. Sería cinco veces la proporción de ese tipo de decesos que se registró en el siglo XX por la guerra, el genocidio y las hambrunas por causas humanas combinados", escribe. Y más adelante se pregunta: "¿Por qué nos llevó tanto tiempo darnos cuenta de que había algo un tanto mal con comprar y vender esclavos, pegarles a los chicos, violar a las mujeres, apresar a homosexuales, exterminar a indígenas o hacer la guerra para reparar la vanidad ofendida de los reyes?". Su respuesta es que ahora somos más pacíficos porque somos más inteligentes. "Las neurociencias indican que la moralidad no sólo se controla por los circuitos de la emoción -dice-, sino también por los del pensamiento abstracto."

¿Es mucho pedir como deseo de Navidad que Pinker tenga razón?

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