Pese a los múltiples adelantos de nuestro planeta, la humanidad enfrenta muchos, innumerables problemas, algunos de los cuales son creados por nosotros mismos. Y en gran medida es nuestra actitud mental, nuestra concepción de la vida y del mundo, el factor clave para el futuro: el futuro de la humanidad, el del mundo y el del medio ambiente.
Todos estamos aquí en este planeta, por así decirlo, como si fuésemos turistas. Ninguno de nosotros puede vivir para siempre. Lo máximo que podríamos alcanzar sería unos cien años. Así que mientras estemos aquí, deberíamos tratar de tener un buen corazón y hacer algo positivo y provechoso de nuestras vidas.
Ya sea que vivamos unos pocos años o un siglo, sería verdaderamente muy lamentable y triste si sólo pasáramos el tiempo agravando los problemas que afligen a otras personas, a otros animales o al medio ambiente. La cosa más importante consiste en ser un buen ser humano.
Una de las cuestiones más fundamentales es la compasión. No la podemos comprar en uno de los grandes almacenes de Nueva York. No la podemos producir con una máquina. Pero sí con el desarrollo interior. Sin paz interna, es imposible alcanzar la paz mundial.
Hablamos mucho sobre la paz. Pero ella sólo puede existir cuando el ambiente es propicio. Debemos crear tal atmósfera. Para hacerlo, debemos adoptar la actitud correcta. La paz, básicamente, tiene que nacer primero en nosotros mismos. ¿Y por qué debemos esforzarnos por la paz? Por la sencilla razón de que a largo plazo la paz es de inmenso beneficio para todos nosotros, y por eso la deseamos.
Aquí, un fragmento de El poder de la compasión, una selección de textos de Tensin Gyatso, el XIV Dalai Lama, líder espiritual del pueblo tibetano
Fuente
La nacion - Palabras
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