Esta semana la Biblia habla acerca del escape de los israelitas de Egipto y sobre el milagro de la apertura del Mar Rojo.
Mientras estaban en Egipto, los israelitas presenciaron las diez plagas, las cuales, a pesar de no ser positivas, fueron milagrosas. Luego, en el día de su escape de Egipto, las enfermedades y dolencias de los israelitas fueron curadas inmediatamente. De forma increíble, ¡salieron libres y saludables de su esclavitud! Lo que entendemos de esta historia es que este grupo de personas experimentaron directamente la fuerza del Creador.
¿Qué ocurrió después?
Tan sólo unos días después, mientras viajaban por el desierto, dudaron que el Creador les proporcionaría sustento. Sin saber que el milagro del maná del cielo estaba a la vuelta de la esquina, comenzaron a quejarse porque no tenían nada que comer. ¿Cómo podrían pensar de esa manera? ¿No habían recién escapado de cientos de años de opresión? ¿No habían caminado entre las aguas del Mar Rojo sobre suelo seco?
Esta es una lección poderosa para nosotros. Pensemos cómo aplica a nuestra vida. La mayoría de nosotros tenía otro nivel de conciencia antes de que llegáramos a la espiritualidad. Desde entonces, nuestra vida ha mejorado. En mayor o menor grado, tal vez tengamos una mejor perspectiva sobre la vida; o al menos estamos mejor equipados para ver las oportunidades en nuestros desafíos.
Entonces, cuando viene un período oscuro, ¿qué hacemos? A menudo decimos: “¿Cómo puede ser que no haya Luz?” y nos quejamos. A veces nos quejamos con nosotros mismos, en otras oportunidades nos quejamos con nuestros amigos o familia, exactamente igual como los israelitas se quejaron con Moisés.
Lo que necesitamos entender es que la razón por lo que no hay Luz es porque no le permitimos entrada. La envidia y celos bloquean la Luz. La depresión bloquea la Luz. Incluso un alma enorme como Jacob se bloqueó y perdió su visión como profeta debido a su tristeza.
Para conectar con la Luz, necesitamos entender que los momentos oscuros son parte del proceso donde reunimos la energía negativa que hemos creado para que podamos transformarla. Cuando nos quejamos es porque estamos escuchando a la fuerza que no quiere que alcancemos ese lugar, que no quiere que seamos libres, que no quiere que atravesemos el fuego y salgamos más fuertes del otro lado del camino.
Analicémonos a nosotros mismos. Cuántos de nosotros ha pensado “¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Qué ha hecho la espiritualidad por mí realmente? ¿Qué hice hoy que sea diferente a lo que hice ayer?”. Con frecuencia, tenemos estos pensamientos después de que nuestra luna de miel espiritual acaba. Esto es lo que ocurrió con los israelitas y es lo que nos ocurre a nosotros. ¿Por qué? Porque es naturaleza humana.
Pero, ¿sabes qué? Realmente trascender la naturaleza humana es decir: “Hoy, gracias a Dios, estoy vivo. Estoy aquí, y tiene que haber una buena razón para ello”. El minuto en que escogemos ver la oportunidad en la oscuridad es el momento en que escogemos aferrarnos de la espiritualidad. A pesar de que podamos estar deprimidos, sintamos ira o caigamos, finalmente saldremos de las profundidades. Y mientras que en los altibajos los bajos no estén más lejanos que los altos, estamos en buena forma. Eso es lo que tenemos que buscar, y ese es el poder de esta semana.
fuente
Karen Berg
Mientras estaban en Egipto, los israelitas presenciaron las diez plagas, las cuales, a pesar de no ser positivas, fueron milagrosas. Luego, en el día de su escape de Egipto, las enfermedades y dolencias de los israelitas fueron curadas inmediatamente. De forma increíble, ¡salieron libres y saludables de su esclavitud! Lo que entendemos de esta historia es que este grupo de personas experimentaron directamente la fuerza del Creador.
¿Qué ocurrió después?
Tan sólo unos días después, mientras viajaban por el desierto, dudaron que el Creador les proporcionaría sustento. Sin saber que el milagro del maná del cielo estaba a la vuelta de la esquina, comenzaron a quejarse porque no tenían nada que comer. ¿Cómo podrían pensar de esa manera? ¿No habían recién escapado de cientos de años de opresión? ¿No habían caminado entre las aguas del Mar Rojo sobre suelo seco?
Esta es una lección poderosa para nosotros. Pensemos cómo aplica a nuestra vida. La mayoría de nosotros tenía otro nivel de conciencia antes de que llegáramos a la espiritualidad. Desde entonces, nuestra vida ha mejorado. En mayor o menor grado, tal vez tengamos una mejor perspectiva sobre la vida; o al menos estamos mejor equipados para ver las oportunidades en nuestros desafíos.
Entonces, cuando viene un período oscuro, ¿qué hacemos? A menudo decimos: “¿Cómo puede ser que no haya Luz?” y nos quejamos. A veces nos quejamos con nosotros mismos, en otras oportunidades nos quejamos con nuestros amigos o familia, exactamente igual como los israelitas se quejaron con Moisés.
Lo que necesitamos entender es que la razón por lo que no hay Luz es porque no le permitimos entrada. La envidia y celos bloquean la Luz. La depresión bloquea la Luz. Incluso un alma enorme como Jacob se bloqueó y perdió su visión como profeta debido a su tristeza.
Para conectar con la Luz, necesitamos entender que los momentos oscuros son parte del proceso donde reunimos la energía negativa que hemos creado para que podamos transformarla. Cuando nos quejamos es porque estamos escuchando a la fuerza que no quiere que alcancemos ese lugar, que no quiere que seamos libres, que no quiere que atravesemos el fuego y salgamos más fuertes del otro lado del camino.
Analicémonos a nosotros mismos. Cuántos de nosotros ha pensado “¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Qué ha hecho la espiritualidad por mí realmente? ¿Qué hice hoy que sea diferente a lo que hice ayer?”. Con frecuencia, tenemos estos pensamientos después de que nuestra luna de miel espiritual acaba. Esto es lo que ocurrió con los israelitas y es lo que nos ocurre a nosotros. ¿Por qué? Porque es naturaleza humana.
Pero, ¿sabes qué? Realmente trascender la naturaleza humana es decir: “Hoy, gracias a Dios, estoy vivo. Estoy aquí, y tiene que haber una buena razón para ello”. El minuto en que escogemos ver la oportunidad en la oscuridad es el momento en que escogemos aferrarnos de la espiritualidad. A pesar de que podamos estar deprimidos, sintamos ira o caigamos, finalmente saldremos de las profundidades. Y mientras que en los altibajos los bajos no estén más lejanos que los altos, estamos en buena forma. Eso es lo que tenemos que buscar, y ese es el poder de esta semana.
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Karen Berg
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