viernes, 26 de julio de 2013

Kabbalah - Importante lección espiritual - Michael Berg

El secreto de la palabra “Bendición”



La porción de Ekev es una continuación del principio de Devarim cuando Moisés estaba a punto de dejar este mundo. En ésta, Moisés nos enseña una importante lección espiritual.
Moisés dijo que después de que una persona se alimenta o  disfruta  cualquier cosa de este mundo físico, debería bendecir a Dios (uverajta et Hashem eloheija). A través de las oraciones, incluso el Kadish que es  una oración muy poderosa, hablamos sobre darle bendiciones al Creador.  En términos religiosos, las personas entienden este concepto de bendición como si de alguna u otra forma dieran gracias. Pero los kabbalistas dicen que el Creador ciertamente no necesita nuestro agradecimiento. Así que ¿Cuál es la noción más profunda de este concepto de bendecir al Creador?
Hay una explicación dada por el Kabbalista Rabeinu Bajai que nos dice que la antigua palabra hebrea brajá puede significar  “bendición”, que es la manera que se traduce literalmente, pero también significa “una adición”, o “hacer más”, lo que significa que nosotros a través de nuestras bendiciones y oraciones añadimos o damos más poder a la Luz del Creador. Y ese es el secreto aquí: que a través de nuestras oraciones y bendiciones, realmente le damos poder a la Luz del Creador.
Rabeinu Bajai cita una historia en el Talmud en la que Ishamel, el sumo sacerdote, entró al Santo de los Sanctirum en el Templo de Jerusalem, y el Creador viene a él y le dice: “Ishmael, hijo mío, Bendíceme”. ¿Qué quiere decir que el  Creador le pida a un hombre que lo Bendiga? ¿Para qué necesitaría el Creador una bendición? El secreto de esta interacción, como Moisés enseña en la porción de esta semana y como Rabeinu Bajai nos dice, es que cuando damos una bendición al Creador, esto agrega fortaleza y un espíritu de santidad a los Mundos Superiores y por ende, nuestras bendiciones causan que el mundo reciba más Luz por parte del Creador.
También dice que el Creador desea y anhela nuestras oraciones. Sin embargo, el Creador ya conoce nuestras carencias o lo que cualquiera de nosotros necesita. Entonces ¿Cuál es el propósito de que oremos por algo que el Creador ya conoce? ¿Qué quiere decir que el Creador desea nuestras oraciones? Regresando a lo que mencioné antes, el secreto es que esto proviene de la palabra brajá, la cual proviene de una palabra que es como “pozo” o “manantial”, crear más. Lo que significa que creamos más.
Rabeinu Bajai dice que este es el secreto del concepto de bendición y oración. Que no se trata de dar gracias, no se trata de recordarle al Creador nuestras carencias si no que nosotros, a través de nuestras bendiciones, de nuestras oraciones y de nuestro trabajo espiritual, en efecto damos al Creador la habilidad de enviar Luz y bendiciones a nuestro mundo.
Para profundizar un poco más en este concepto, el propósito de nuestro trabajo espiritual no es crear Luz; es crear canales por los cuales la Luz que existe y quiere ser revelada pueda venir. Imagina si tuvieras una enorme torre llena de agua  y una ciudad de miles de personas sedientas pero nadie ha pensado en conectar las tuberías para que el agua pueda fluir desde la torre hasta la ciudad. Así es como existe nuestro mundo en la actualidad. El agua es como nuestra realización, y lo que no existe (o no lo suficiente) son los canales, los senderos para que la Luz fluya a nuestro mundo. 
Cuando oramos o hacemos una conexión espiritual, creamos un nuevo sistema de tuberías a través del cual la Luz puede fluir a nuestras vidas y al mundo. Así que cuando Moisés le dijo a los israelitas que su trabajo espiritual era uverajta et Hashem eloheija, dar la habilidad a Dios, se refería a que el Creador quiere darnos pero no pude hacerlo. Porque sólo nosotros podemos crear esos senderos.
Es una noción tan hermosa y poderosa sobre nuestro trabajo espiritual. El Creador desea nuestras oraciones porque la Luz quiere venir y llenar nuestras necesidades o carencias pero no hay camino para que esto ocurra sin las bendiciones. Cuando una persona ora con la conciencia correcta, lo que hace es crear un nuevo camino para que la Luz de lo que sea que necesita tenga un lugar para fluir. Ése es el propósito de la oración. Ése es el propósito de bendecir. Cada vez que una persona realiza una bendición lo que hace es abrir un nuevo sendero.
Es una noción poderosa y significativa sobre nuestro trabajo espiritual: voy a crear un nuevo camino por el cual la Luz del Creador pueda venir a mi vida y a este mundo. Y lo que esta noción hace por nosotros es aclarar que nuestro trabajo no es tan difícil, no estamos creando Luz, no estamos creando plenitud, ya todo eso existe. Todo lo que tenemos que hacer es abrir los canales. Crear el agua es mucho más difícil que reunir el agua. Todo lo que necesitamos hacer es perforar un pequeño agujero en la torre y el agua saldrá. Con esta conciencia, no existe tal cosa como una acción pequeña. Cada oración, cada conexión, cada acción dadora, cada conexión con el Zóhar abre un sistema de tuberías

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