Escuchar la verdad

Escuchar la verdad Del 1 al 8 de septiembre de 2013 En concordancia con el calendario Kabbalístico, existe una energía única en el cosmos esta semana que puede asistirnos para escuchar más la verdad. Puede que no sea necesariamente lo que queremos escuchar, pero puede ser lo que necesitamos escuchar. Escuchar la verdad no es fácil ya que la verdad es que siempre hay algo sobre nosotros mismos que podríamos cambiar, algo que pueda mejorar la calidad de nuestra vida y la vida de aquellos a nuestro alrededor. Algunas veces esta verdad puede llegar como algo constructivo pero por lo general nosotros lo percibimos como una crítica. Tal vez aparece en una discusión caldeada o por parte de alguien que ni siquiera es un amigo. Corremos lejos de ella, la desechamos o pretendemos que no la escuchamos. Pero si tomamos un momento y separamos la fuente y las circunstancias de la crítica, puede que después de una cuidadosa consideración encontremos que en realidad existe un mensaje de algo que podemos mejorar. Uno de los principios de la espiritualidad es que mientras más salimos de nuestra zona de comodidad, más nos conectamos con la plenitud duradera. Esto también puede servir como una indicación de que si nos sentimos incómodos escuchando algo sobre nosotros mismos, ¡puede que estemos por lograr algo! Después de todo, si insistimos en no escuchar lo que necesitamos cambiar, permaneceremos siendo la persona que ya somos. Si permanecemos así, ¿Por qué mañana debería ser mejor que el día anterior? El universo colocará ciertas personas en nuestras vidas esta semana quienes nos mostrarán lo que más necesitamos cambiar. No te apresures a defenderte. Deja que se asiente. Considéralo. Observa si puedes identificar cómo esos rasgos aparecen en tu vida en los próximos días. Permanece abierto a escuchar la verdad sobre las partes de tu ser que pueden necesitar mejora. Escuchar la verdad puede que no sea fácil, pero una Luz que brilla sobre la verdad significa que podemos dejar de divagar en la oscuridad a través de la vida. Todo lo mejor,  Yehuda