lunes, 29 de octubre de 2012

NUNCA ES DEMASIADO TARDE.

Conciencia Mensual con Karen Berg
Domingo, 28 de octubre de 2012

En la lectura de la Biblia de esta semana, Abraham se vuelve el líder de una gran nación cuando tenía 100 años de edad. Ahora, tú y yo podríamos considerar esto como un cambio de vida dramático para afrontarlo a tan avanzada edad, especialmente si existe la probabilidad de que entre nosotros estén aquellos quienes, a la edad de 40 ó 50 años, dicen: "¿Cambiar? ¿Yo? ¿Por qué?, ya he completado la mitad de mi vida. ¡Estoy muy viejo para eso!".

Sin embargo, si vemos la vida de muchos grandes líderes a través de la historia, observaremos que algunos de ellos ni siquiera comenzaron sus carreras sino cuando estaban en la mitad de sus 40 años. De hecho, muchas de las personas con los más grandes logros en este mundo estaban llevando vidas completamente diferentes hasta que se levantaron en la mitad de sus vidas e hicieron un cambio.

La energía de esta semana nos desafía, sin importar nuestra edad o cuán lejos pensemos que hemos llegado, a salir de nuestra zona de comodidad y aceptar la responsabilidad de la Luz que hemos venido a compartir con el mundo.

La verdad es que a cada uno de nosotros se nos ha dado "x" cantidad de tiempo en el cuerpo físico que alberga nuestra alma. La mayor parte del tiempo tenemos la habilidad de hacer grandes hazañas en este mundo, pero cada vez que se nos otorga una nueva oportunidad, nos alejamos de ella y decimos: "Nah, no estoy listo para eso" o "Ya lo he hecho" o "No creo que ese sea el camino que debo seguir". Sin embrago, cuando esto ocurre, el universo pregunta: ¿Qué puedo hacer para empujar a esta persona contra la pared para que la Luz dentro de él pueda ser atraída y compartida con el mundo? ¿Cómo puedo hacer que esta persona cambie?

Abraham fue uno de los más grandes astrólogos de todos los tiempos. De acuerdo a lo que vio descrito en el mapa estelar para su futuro, él sabía que no tendría hijos. Pero sabemos que por supuesto los tuvo. El punto aquí es que el Creador le dijo a Abraham: Las estrellas impulsan pero no obligan. Debido a su transformación espiritual, a la edad de 100 años, Abraham pudo cambiar el curso de su vida.

Es importante que en esta semana sepamos que podemos cambiar la dirección de nuestras vidas. No todo lo que está trazado en los cielos para nosotros tiene que suceder de ese modo. Está escrito que cada uno de nosotros tiene ángeles que bailan o lloran en nuestra presencia, pero el que bailen o lloren depende completamente de las palabras y las acciones que escogemos decir y hacer.

En el Centro de Kabbalah aprendemos a utilizar las herramientas de la astrología y la lectura del rostro y de la palma de la mano. Justo ahora, estoy de gira por el lanzamiento de mi más reciente libro "Continuará: la reencarnación y el propósito de nuestras vidas", en el cual discuto estos temas. Sí, estas son herramientas maravillosas, pero es importante recordar que la razón por la que las utilizamos es para encontrar si la marea es alta o baja, si el elevador que representa los diferentes aspectos de nuestras vidas sube o baja. Nunca deberíamos utilizar estas herramientas para declarar inequívocamente: "Así será mi vida", porque, como aprendemos esta semana, ¡Siempre podemos cambiar!

Todas las herramientas espirituales que tenemos a nuestra disposición están ahí simplemente para ayudarnos a entender dónde estamos y qué vinimos a hacer. Depende de nosotros escoger convertir nuestro potencial divino en una realidad a través de nuestra transformación interior y nuestras acciones dadoras.

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