La trampa espiritual
Del 28 de octubre al 3 de noviembre de 2012
¿Alguna vez has notado cómo hacemos que todo se trate de nosotros?
¿Cuántas veces cuando un amigo está atravesando un problema, inmediatamente vamos a una historia sobre algo similar que nos pasó a nosotros, en lugar de escucharlo realmente y simplemente ser un hombro en el que pueda recostarse? Algunos de nosotros incluso ocupamos nuestras mentes intentando sacar de sus tragedias la lección que nos ayude en nuestras propias vidas, ¡tanto, que dejamos de sentir el dolor de nuestro amigo por completo!
Para hacer el trabajo espiritual de reducir nuestro ego, necesitamos reducir nuestro sentido de importancia personal, la cual puede ser una gran trampa para volvernos una persona espiritual. Podemos estar tan envueltos con el estudio e intentando mejorar nuestras propias vidas que olvidamos que ser espirituales es preocuparnos por otros.
Como mi mamá, Karen Berg, siempre dice: “Cuando te ocupas de cuidar a los demás, la Luz se ocupa de cuidar de ti”.
Para realmente transitar este camino y vivir la sabiduría de la Kabbalah debemos esforzarnos por llegar a un lugar en el cual nuestras vidas estén más dedicadas a ayudar a los demás.
Esta semana observa cuánto de tu día dedicas en mejorar la vida de otros y busca una forma de incrementar estas acciones poco a poco. Tal vez dedica un poco de tiempo haciendo voluntariado, busca a un familiar con el cual no hayas hablado en largo tiempo y pregúntale cómo le va o almuerza con alguien que realmente necesite un amigo.
Sea lo que sea, asegúrate de hacerlo de corazón. Acércate con un deseo genuino de ayudar sin esperar nada a cambio.
Si queremos cambiar el mundo, no podemos pensar en que solamente se trata de nosotros.
Todo lo mejor,
Yehuda
¿Cuántas veces cuando un amigo está atravesando un problema, inmediatamente vamos a una historia sobre algo similar que nos pasó a nosotros, en lugar de escucharlo realmente y simplemente ser un hombro en el que pueda recostarse? Algunos de nosotros incluso ocupamos nuestras mentes intentando sacar de sus tragedias la lección que nos ayude en nuestras propias vidas, ¡tanto, que dejamos de sentir el dolor de nuestro amigo por completo!
Para hacer el trabajo espiritual de reducir nuestro ego, necesitamos reducir nuestro sentido de importancia personal, la cual puede ser una gran trampa para volvernos una persona espiritual. Podemos estar tan envueltos con el estudio e intentando mejorar nuestras propias vidas que olvidamos que ser espirituales es preocuparnos por otros.
Como mi mamá, Karen Berg, siempre dice: “Cuando te ocupas de cuidar a los demás, la Luz se ocupa de cuidar de ti”.
Para realmente transitar este camino y vivir la sabiduría de la Kabbalah debemos esforzarnos por llegar a un lugar en el cual nuestras vidas estén más dedicadas a ayudar a los demás.
Esta semana observa cuánto de tu día dedicas en mejorar la vida de otros y busca una forma de incrementar estas acciones poco a poco. Tal vez dedica un poco de tiempo haciendo voluntariado, busca a un familiar con el cual no hayas hablado en largo tiempo y pregúntale cómo le va o almuerza con alguien que realmente necesite un amigo.
Sea lo que sea, asegúrate de hacerlo de corazón. Acércate con un deseo genuino de ayudar sin esperar nada a cambio.
Si queremos cambiar el mundo, no podemos pensar en que solamente se trata de nosotros.
Todo lo mejor,
Yehuda
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